Es el método no invasivo más novedoso para eliminar grasas y celulitis mediante la aplicación de ultrasonidos de nueva generación de alta potencia, diez veces superior a la tradicionalmente utilizada en estética.
Esta técnica muestra resultados visibles desde las primeras sesiones, tanto en la reducción de centímetros como en la mejora progresiva de la piel de naranja.

La emisión de ultrasonidos se realiza con un equipo sobre la superficie externa de la piel. Actúa produciendo cambios de presión en el líquido intersticial del tejido graso, generando microburbujas que destruyen las células grasas por la sobrepresión ejercida y se eliminan de forma natural a través de los sistemas urinario y linfático.

El tratamiento abarca de 8 a 12 sesiones, dependiendo de cada paciente y se recomienda realizarlo con intervalos de una semana. Cada sesión tiene una duración de entre 40 a 60 minutos, de acuerdo a la extensión de la zona a tratar.
Primero se aplica un gel conductor y luego el equipo de ultracavitación. El paciente percibirá una pequeña vibración y un leve calor en la zona tratada. Terminada la aplicación, maniobras de  drenaje linfático manual o unos minutos de presoterapia completan el tratamiento favoreciendo la eliminación de las grasas destruidas.

Es un método ideal para combatir adiposidad localizada de la zona abdominal, los flancos (“flotadores”), trocánteres (“pantalón de montar”), zona interna de muslos y rodillas, brazos, etc.

Las contraindicaciones son de la ultracavitación son los trastornos de los lípidos en sangre (colesterol y/o triglicéridos elevados), enfermedades renales o hépaticas y el embarazo.